Complicacionex

Ante el panorama desolador de no encontrar un cuerpo que acariciar, muchas veces se recurre a aquél ex boy (o girl) scout. El que está siempre listo. Esto evita tener que apelar a salidas nocturnas en busca de una presa, o a situaciones que pueden llegar a rozar lo indigno.
Caer en los brazos de un ex para satisfacer deseos o necesidades sexuales es uno de los errores cometidos del que he aprendido. Hay ciertos fuegos que no conviene encender aunque debajo de las cenizas todavía esté prendida una brasa. Es más sano el sexo casual que remover pasados y revivir muertos.
Aparentemente un ex amado mío piensa que yo puedo cumplir ese papel de amante dispuesta. Será que está tan solo que después de 4 años, un matrimonio, un hijo y un divorcio, todavía se acuerda de mi. Evidentemente su memoria es muy selectiva. Se acuerda de mí, pero no se acuerda de él conmigo.
Desmemoriados y desubicados hay en todos lados. Y mujeres que nos negamos a ser premio consuelo también.
Pero, en este preciso instante, si hubiese un ex devenido a premio consuelo, a mi entera disposición, ocupando ese lugar que está un poco más abajo del suelo, ¿Qué haría? Es obvio que si se tratase del ex mencionado no me provocaría más que rechazo. Pero si fuera otro ex... Definitivamente esa posición no me seduce. Sin embargo, por una extraña razón me levantaría el ego. No obstante se dice que nunca digas nunca, ni que de este agua no has de beber.