Dicen que la familia no se elige, pero no dicen que los compañeros de trabajo tampoco. Quizás para que el cosmos se mantenga en perfecto equilibrio, como no reniego de lo primero, en suerte me acompañan compañeras de trabajo que nunca elegiría.
Son dos, las caras de la luna son dos, y las caras de estas minas también, por fortuna, aunque a veces tienen más caras que una hidra.
Ambas están cerca de los treinta años y se comportan como si tuvieran 15: mientras una está sentanda en su escritorio, trabajando, la otra, cual adolescente que se levanta de su pupitre para hablar con su par, se acerca dando salitos para hacer algún comentario en secreto, tapándose con las manos para que la onda sonora encuentre una barrerra y el chisme penetre en forma contundente en el oído, como quién jugara al teléfono descompuesto en un recreo o quisiera enfurercer a aquellos que se quedaron afuera. En el peor de los casos los brinquitos de una silla a la otra, culminan en un abrazo. Sí, en un abrazo. Una de ellas, pongámosle A se dirige hacia la otra, pongámosle B por una razón que no tiene importancia. Llegada A al respaldar de la silla donde posa sus nalgas B, A, de la nada, decide colgársele de la espalda a B, rodeando con sus brazos los hombros y torso de B, dejando caer todo el generoso peso de A en la espalda de B, incomodidad que se extiende al cabo de unos eternos 3 minutos. Incomodidad para mí, claro.
Con la misma intensidad con la que se ríen a carcajadas por cualquier pavada, se pelean continuamente en un nivel que roza la edad del pavo, pero a ellas les divierte porque se pelean jugando. Y 8 horas de peleítas son agotadoras.
A veces pienso que la YN se acordó de mí y me mandó una discípula, pero caigo en la cuenta que no son tan malas, no, un poco alcahuetas y chupamedias, bastante ruidosas, son jetonas, chillonas, quejosas, botonas, prejuiciosas, son... son indefinibles e indefendibles.
A veces trato de ignorarlas, pero ellas se encargan de buscarme.
Y a veces sólo las escucho y me asombro. Me río, sí, pero me asombro de oír cosas como estás:
- Mi hermana es la oveja negra de la familia - le dice A a B en ocasión a un charla sobre sus elecciones académicas.
- ¿Por qué? - preguntó B.
- Porque es bohemia
- ¿Qué hace? - pregunté yo, intrigada al escuchar la palabra bohemia saliendo de la boca de A.
- ¿Cómo qué hace? - no entendió A.
- ¿A que se dedica? - insistí yo.
- Ah, es arquitecta y le gusta el diseño.
- Bueno, pero eso no es ser bohemio - afirmé
- No - dijo B, dispuesta a dar cátedra con la seguridad de una eminencia en un auditorio repleto de gente y concluyó - bohemio es el hippie que hace aritos en la plaza.
Son dos, las caras de la luna son dos, y las caras de estas minas también, por fortuna, aunque a veces tienen más caras que una hidra.
Ambas están cerca de los treinta años y se comportan como si tuvieran 15: mientras una está sentanda en su escritorio, trabajando, la otra, cual adolescente que se levanta de su pupitre para hablar con su par, se acerca dando salitos para hacer algún comentario en secreto, tapándose con las manos para que la onda sonora encuentre una barrerra y el chisme penetre en forma contundente en el oído, como quién jugara al teléfono descompuesto en un recreo o quisiera enfurercer a aquellos que se quedaron afuera. En el peor de los casos los brinquitos de una silla a la otra, culminan en un abrazo. Sí, en un abrazo. Una de ellas, pongámosle A se dirige hacia la otra, pongámosle B por una razón que no tiene importancia. Llegada A al respaldar de la silla donde posa sus nalgas B, A, de la nada, decide colgársele de la espalda a B, rodeando con sus brazos los hombros y torso de B, dejando caer todo el generoso peso de A en la espalda de B, incomodidad que se extiende al cabo de unos eternos 3 minutos. Incomodidad para mí, claro.
Con la misma intensidad con la que se ríen a carcajadas por cualquier pavada, se pelean continuamente en un nivel que roza la edad del pavo, pero a ellas les divierte porque se pelean jugando. Y 8 horas de peleítas son agotadoras.
A veces pienso que la YN se acordó de mí y me mandó una discípula, pero caigo en la cuenta que no son tan malas, no, un poco alcahuetas y chupamedias, bastante ruidosas, son jetonas, chillonas, quejosas, botonas, prejuiciosas, son... son indefinibles e indefendibles.
A veces trato de ignorarlas, pero ellas se encargan de buscarme.
Y a veces sólo las escucho y me asombro. Me río, sí, pero me asombro de oír cosas como estás:
- Mi hermana es la oveja negra de la familia - le dice A a B en ocasión a un charla sobre sus elecciones académicas.
- ¿Por qué? - preguntó B.
- Porque es bohemia
- ¿Qué hace? - pregunté yo, intrigada al escuchar la palabra bohemia saliendo de la boca de A.
- ¿Cómo qué hace? - no entendió A.
- ¿A que se dedica? - insistí yo.
- Ah, es arquitecta y le gusta el diseño.
- Bueno, pero eso no es ser bohemio - afirmé
- No - dijo B, dispuesta a dar cátedra con la seguridad de una eminencia en un auditorio repleto de gente y concluyó - bohemio es el hippie que hace aritos en la plaza.
17 Comentarios:
pues toma priiiii
Al menos son tan pelotudas que dan risa!!!
PD: no serán sobrinas de YN?
jajajaja por favor! que huecas!!!!!!!
¡Qué par de pelotudas!
Jajajajajjaja. Joder vaya panorama tienes en el trabajo!!!!!
Jajajajajaja
Me mató lo de los brinquitos!
Es como si pudiera verlas....
Admiro tu fortaleza mental.
Hola Julia! Feliz Año.
Me ofrezco voluntariosamente, voy caminando si en necesario hasta allá, y les pego, les pego una y otra vez hasta que salga toda la caquita que tengan en la cabeza.
Yo conozco a alguien así, pero en vez de casi treinta tiene casi sesenta, y en vez de ser compañera de trabajo es pariente politico.
el - jipi - es - puto
Pensar que uno sale del secundario esperando en no toparse nunca más con ese tipo de situaciones/personas.
Muy bueno! =)
que lindo leerte de nuevo!
Son yeguas Marta! Regalales un libro como una especie de indirecta/directa, o bien, mandá la situación al consultorio de Cecil! jajaja
Beso
Dos boludas con ganas ¬¬
Yo ya las hubiera apaleado, será que no poseo tu paciencia.
Besos! :)
Y 14!!!
Taraditas, eso es lo que son, taraditas que me privan de mi amiga Julia :(.
Besote!
jajajajaja cómo se hizo esperar este post jajajaja
celebro el regreso de su pluma, estimada julia :D
besos!
YN por dos reload??!!!Oh por Dios! no de nuevo decía!! jajaja
Besos
Qué lindo que es volver. Gracias por comentar :D
Es bueno saber que todavía están ahí
yo he perdido la capacidad de tolerar la estupidez..... la tuya es admirable!!!!
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