El pobrecito Atrapado Sin Salida

El pobrecito atrapado sin salida se ampara detrás de la máscara de víctima. Su situación siempre es difícil y siempre es un laberinto sin salida, aunque las flechas, y los carteles luminosos le indiquen en sus narices cuál es el camino.
El atrapado sin salida, en adelante ASS, muestra una versión muy distinta de sí mismo al mundo exterior, porque es un nato vendedor de humo. Una vez que ha despertado el interés de la mujer ante la cual desplegó todos los encantos fingidos, en pose de seguridad, al no poder sostener la impostura, utiliza la compasión para ganarse el afecto o la permanencia de la señorita en cuestión.
Para el pobrecito ASS la vida es eso que le pasa, inevitablemente, y ninguna acción o reacción puede modificar su entorno, y es la misma vida la que va decidiendo por él, como si un oráculo hubiera revelado cual era su destino y él no pudiera hacer nada para cambiarlo, cual Edipo,  como si fuera víctima de una fatalidad que lo dejó hemipléjico y  él no pudiera mover su cuerpo a su voluntad. Es así que ASS busca, a través de discursos lastimeros sobre su paupérrima y miserable vida, la compañía femenina que lo saque de su realidad, por no tener la valentía suficiente para tomar decisiones que generen un cambio.
Es común que el perfil de un ASS sea el de un hombre casado, o con un noviazgo estable, con poca proyección sobre su futuro en común, y que defina su matrimonio, o su noviazgo como un mal necesario del que no puede escapar. Se casó, o se juntó, y casi no puede distinguir por qué, ya que es parte de la misma vida que va tomando las decisiones por él.
Esto no es más que un síntoma de que el verdadero problema es que no puede hacerse cargo de lo que él mismo elige, pero es más fácil culpar al destino. ASS manifiesta abiertamente que no es feliz con su pareja, o con su trabajo, con su carrera, con el lugar donde vive, pero tiene las mil y una excusas para justificarse de por qué no cambia de vida, y todas se reducen a un gran "no puedo". Para el pobrecito ASS  llegó donde llegó y están donde está porque nunca tuvo opción. Y nunca la tendrá. Para que exista un cambio espera que lo produzca otro.
El pobrecito ASS no es más que un cobarde conformista que no quiere asumir lo que elige, y se contradice con sus argumentos de la libertad que añora, cuando él solito se atrapa es sus propias redes, y es así como la llegada de su pareja, incluso la de los hijos, son  para él indicadores de que la vida le puso la gran emboscada del matrimonio con hijos, que nunca pudo soslayar, porque es parte de eso, que le llaman vida y que le pasa por encima, sin pedir permiso, sin brindarle alternativas.
Si usted se encuentra algún ASS, no dude en pegarle una patada donde su nombre lo indica.